Anna

 

Anna, de Littleton, Colorado, lleva cada día en su corazón el legado de altruismo y amor de su esposo Mike. Su historia es una de fe, familia y el impacto duradero de la donación de órganos y tejidos.

Mike era un donante registrado de órganos, ojos y tejidos, y su espíritu generoso sigue inspirando a otros en su comunidad. Anna conoció a Mike durante su último año de preparatoria, y desde el principio quedó claro que la vida de Mike giraba en torno a su familia y su fe.

En noviembre de 2021, a Mike le diagnosticaron una rara enfermedad autoinmune llamada pénfigo vulgar. El camino hacia la remisión incluyó tratamientos agotadores que afectaron profundamente su cuerpo. Sin embargo, incluso frente a la adversidad, Mike creó recuerdos valiosos con sus seres queridos. Jugó softball con su hijo, vio a su hija graduarse de la universidad, disfrutó de un crucero familiar y celebró la vida con quienes más le importaban.

Mike falleció inesperadamente en 2022 tras un ataque al corazón. Aunque sus órganos no pudieron ser donados debido a su historial médico, sus regalos de tejidos que salvan y sanan vidas dejaron una huella imborrable en personas de todo el mundo. Su córnea llegó hasta Irlanda, donde le devolvió a alguien el precioso regalo de la vista, un testimonio del poder de las historias reales de donantes de órganos.

“A veces pienso: ‘Hay alguien allá afuera que recibió un regalo gracias a él.’ Sus ojos están en algún lugar,” dijo Anna. “Es un pensamiento muy reconfortante. Pienso en esas personas, aunque no las conozca, que llevan una parte de él y en cómo ha mejorado sus vidas.”

Ahora, Anna y su familia son apasionados defensores de la donación de órganos, ojos y tejidos. Cada año participan en el Donor Dash con su equipo, “Mike’s MVPs”, honrando el amor de Mike por los deportes y su generosidad inquebrantable.

Al compartir la historia de donación de Mike, Anna espera generar conciencia sobre el impacto transformador de la donación e inspirar a otros a tener conversaciones con sus seres queridos sobre registrarse como donantes.

“Es uno de los mejores regalos que puedes dar a tu familia, así como a los receptores que finalmente recibirán ese regalo de ti,” compartió Anna. Apretando su collar con la huella dactilar de Mike, agregó: “Sé que nos está mirando desde el cielo. Está lleno de orgullo y está aquí con nosotros.”

Las historias reales de donantes de órganos como la de Mike son poderosos recordatorios de cómo la decisión de una sola persona puede afectar profundamente las vidas de otros, creando un efecto dominó de esperanza y sanación.